El contenido extremo tiene sus límites. O eso pensábamos.
Bonnie Blue, una de las creadoras más comentadas de Fanvue, encendió las redes con su última “performance”: un show caótico, plagado de retos degradantes y con estética de zoológico humano. ¿El resultado? Bloqueo inmediato en varias plataformas, denuncia pública de otras creadoras y una discusión global sobre hasta dónde llega la libertad creativa en internet.
Annie Knight, influencer australiana, fue directa: “No todo vale por una suscripción. Esto nos pone en peligro a todas”. Otros la defienden como pionera del arte transgresor.
La polémica está servida: ¿censura o sentido común? ¿espectáculo o espectáculo de horror?
En una industria donde todos quieren destacar y los límites son tan difusos como un filtro de belleza, Bonnie se convirtió en espejo de lo que muchos callan.
¿El show debe continuar?
Sí.
Pero tal vez no de esa forma.