Desde que el Online Safety Act entró en vigor en julio, ver contenido sensible en el Reino Unido se volvió más difícil que pedir té sin azúcar. La ley obliga a todas las plataformas con contenido explícito a verificar la edad del usuario, no con un simple clic, sino con documento oficial, escaneo facial o información bancaria.
¿El resultado? En solo semanas, los sitios más visitados del sector reportan caídas históricas:
Pornhub y XVideos bajaron 47 %
OnlyFans, un 10 %
Y las apps de VPN lideran las descargas en el país
El gobierno lo celebra como un avance en protección digital. Pero los creadores y activistas lo ven como otra forma de control encubierto: más datos personales, más miedo, menos libertad. Para muchos, esta medida tiene poco de “seguridad” y mucho de Gran Hermano digital.
En una época donde puedes pedir un préstamo sin ir al banco, pero necesitas tu pasaporte para ver un cuerpo humano, la pregunta es inevitable:
¿Estamos cuidando... o censurando?
Y si la única manera de ver algo en línea es esconder tu identidad, tal vez el problema no está en lo que ves, sino en quién te vigila cuando lo haces.