Un virus que prende tu cámara y te extorsiona: así opera el nuevo cibercrimen sexual

El mito urbano de “me hackearon la cámara y ahora me espían” dejó de ser mito. En septiembre salió a la luz un malware llamado Stealerium, diseñado por dos grupos de ciberdelincuentes que encontraron oro en la vulnerabilidad más íntima: tu cámara web.

El truco es retorcido: el virus no solo roba contraseñas o cookies, como cualquier ladrón digital de medio pelo. Este va más allá: espera pacientemente a que abras contenido adulto, enciende tu webcam sin permiso y captura fotos y pantallazos en el momento exacto en que eres más vulnerable. Luego viene el golpe final: un correo con tus imágenes, amenazas y un precio por tu silencio.

Es el chantaje sexual del siglo XXI, donde ya no necesitas cruzarte con un extorsionista en un callejón. Ahora está a un clic de distancia. Y lo más inquietante no es la tecnología, sino la certeza de que hay un mercado gigantesco detrás, dispuesto a pagar por la vergüenza ajena.

La moraleja: no se trata de apagar la cámara o pegarle cinta negra. Se trata de aceptar que el deseo es el nuevo campo de batalla del cibercrimen, y que nuestras intimidades son hoy moneda de cambio en la dark web.